La importancia del contacto piel con piel en las primeras horas de vida del bebé

Hay momentos que quedan grabados para siempre en la memoria de una madre. Uno de ellos es ese primer instante en el que tienes a tu bebé sobre tu pecho. Más allá de lo emocional, este gesto tan sencillo —el contacto piel con piel— aporta beneficios reales tanto para el recién nacido como para la madre.


¿Qué significa realmente el piel con piel?

El contacto piel con piel ocurre cuando, tras el nacimiento, el bebé se coloca directamente sobre el pecho desnudo de la madre, cubierto suavemente con una manta para mantener el calor. Puede parecer un detalle pequeño, pero es un momento cargado de significado y de salud.


Beneficios para el bebé

  • Regula la temperatura: el cuerpo de la madre actúa como un termostato natural, ayudando al recién nacido a mantener el calor.

  • Favorece la lactancia: estar cerca del pecho facilita el inicio de la succión y el establecimiento de la lactancia materna.

  • Reduce el llanto: el bebé se siente seguro, escucha el latido que le acompañó durante nueve meses y se calma más fácilmente.

  • Fortalece el vínculo: ese contacto directo transmite seguridad, confianza y afecto desde el primer momento.


Beneficios para la madre

  • Estimula la producción de leche: el contacto temprano favorece la liberación de oxitocina, lo que ayuda a que la leche fluya.

  • Aumenta la confianza: tener al bebé tan cerca refuerza la sensación de capacidad y de conexión emocional.

  • Favorece la recuperación: el contacto piel con piel ayuda a reducir el estrés, estabiliza la respiración y hasta contribuye a una mejor recuperación tras el parto.


Y si no es posible en el parto…

En algunos casos, el piel con piel inmediato no puede realizarse (por ejemplo, si el bebé necesita atención médica urgente). Eso no significa que pierdas esta oportunidad. Puede hacerse más tarde, en el hospital o en casa, y seguirá teniendo un impacto positivo. Incluso la pareja puede participar, ofreciendo al bebé ese contacto de seguridad y calor.


Un gesto que se convierte en rutina

Más allá del nacimiento, el contacto piel con piel puede repetirse en los días y semanas posteriores. Muchos padres lo convierten en un ritual: después del baño, antes de dormir o en un momento tranquilo del día. Es una forma sencilla y natural de reforzar el vínculo afectivo.

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